martes, 9 de enero de 2007

Vidstone, la tele de los muertos

Que las casualidades existen es un hecho indiscutible, lo mismo que es mejor no mentar al diablo si uno no quiere que éste aparezca.
Hablaba hace tres noches en mi casa con un buen amigo de Chicago, de visita en Madrid, sobre el mundo laboral estadounidense y sobre el mercado de trabajo en España cuando me refirió el hecho de que en Estados Unidos se estaban poniendo de moda los curriculums en DVD, y eso que en EE.UU ni siquiera se ha estilado nunca adjuntar una típica fotografía de carnet en la hoja en la que los aspirantes a asalariados exponían sus méritos.
Para sorpresa nuestra, llevamos dos días en los que el temita de los
vídeo-currilums no deja de acaparar páginas de periódicos, portadas de gratuitos y minutos de televisión.
Realmente ha sido como si el invisible Dios Supremo que maneja la agenda informativa patria hubiera estado compartiendo mesa y copas con nosotros, amistad e información.
"El valor de una casualidad es igual a su tasa de improbabilidad" , que escribía Milan Kundera.
La charla a cerca de este nueva tendencia, propiciada por la democratización de las nuevas tecnologías, nos condujo a través de diferentes caminos a que acabáramos hablando de
Vidstone, empresa de la que tuve noticias a través de un artículo en una revista checa (Stereo and Video) de fotografía que me tradujo mi media naranja (¡Auster, qué seríamos sin el azar!).
¿Qué utilidad tiene una pequeña pantalla de LCD incrustada en una lápida mortuoria? ¿Se imaginan que en lugar de la típica fotografía cerámica de un difunto en las lápidas de los camposantos hubiera vídeos loando las andanzas en vida de quienes hoy se pudren tras las piedras?
Lo del curriculum digital se me antoja una auténtica tontería en comparación con la idea que llevó a un tal Sergio E. Aguirre a crear y patentar el Vidstone Serenity Panel, un invento que permite a las familias ofrecer un tributo multimedia customizado a sus seres queridos en el mismo lugar donde reposan sus restos.
En una 'tele' de 7", con control de volumen, entrada de auriculares y resistencia garantizada al agua, un vídeo de entre 5 y 8 minutos se activa automáticamente en cuanto detecta alguna presencia delante suya. El contenido del vídeo, la vida y milagros de los muertos mediante un pase de diapositivas.
El producto en cuestión se me antoja más útil todavía para aquellos que en vida siempre gustaron de decir la última palabra. Éstos tienen la oportunidad de dejar grabado un mensaje a todo aquel que se pose, casual o conscientemente, delante de su lecho mortuorio.
De prosperar la idea, quizá dentro de un tiempo, dar una vuelta por el cementerio que tengamos más a mano nos permitirá acceder a un sinfín de entretenidas historias, asistir a un festival de cortometrajes saltando de tumba en tumba.
Con más visión que el Afflelou de los anuncios, Aguirre, el padre del Vidstone, incluso ofrece la versión para mascotas de su producto, el
Vidpet. Supongo que no tardará demasiado en adaptar su invento a los que opten por la incineración.