lunes, 26 de febrero de 2007

Marías y el español de las Azores

"...Que sus embustes, su frivolidad, su chulería con sus compatriotas, su servilismo con los más poderosos, su desdén por las opiniones discrepantes, su ciega y sorda confianza en Bush y Rumsfeld (que tal vez lo engañaron, pero él no se lo tiene en cuenta), su corresponsabilidad en el desastre iraquí y -por imprudencia e imprevisión- en lo que pasó luego en Casablanca y Madrid, no son suficiente carga sobre su conciencia como para pedir disculpas y abstenerse de opinar de política lo más que pueda, tras tan mayúscula y catastrófica metedura de pata". Javier Marías dedica toda una ristra de lindezas como la anterior a José María Aznar en su artículo 'Creencias, intuiciones y embustes' publicado ayer en EP[S]. El escrito versa sobre las famosas palabras pronunciadas por el ex presidente en las que, sin excusarse, por fin reconoce que no había armas de destrucción masiva en Irak.
Aznar, mal que le pese, acabará siendo recordado como el mandatario español que se fotografió junto a Bush y a Blair en las Azores y que defendió con toda su pasión la intervención en Irak y que echó a perder, en el último año de su última Legislatura, una cómoda ventaja electoral sobre el rival que, finalmente, arrebató a su partido la Presidencia. En su defecto, puede también que pase a la historia como el suegro de Alejandro Agag.