miércoles, 29 de noviembre de 2006

El 'Calvo de la Navidad' y don José Mari

El añorado 'Calvo de la Navidad' debe de estar muy contento al saber, desde su retiro inglés, que en España se le quiere y que no hay día en el que en los medios de comunicación no se hable de su ausencia y no se anhele su regreso.
Una alegría y un cariño similar es el que debe de sentir el ex presidente del Gobierno, José María Aznar. ¡Cómo lloraron su marcha los votantes del PP! ¡Cuánto desearía más de uno que regresara!
Desde aquí propongo que algún medio realice una de esas inútiles y curiosas encuestas, que tan a menudo nos brindan, en los siguientes términos: "¿Echan más de menos los españoles al 'Calvo de la Navidad' o los populares a Aznar?"
Algunas comparaciones, además de odiosas, no tienen ni pies ni cabeza, podrá pensar alguno. Cierto, pero en muchas ocasiones las asociaciones que se crean en nuestro cerebro carecen de cualquier tipo de lógica y a mí, en estos días, el señor 'Calvo de la Navidad' y don José María, se me aparecen juntos, cogidos de la mano, a pesar de las múltiples diferencias que existen entre ambos. A saber:
-Mientras uno no tiene pelo, el otro luce una melena que pronto tendrá que recoger en una coleta cuando dispute sus conocidos partidos de paddle.
-Mientras uno no tiene bigote y es más alto, el otro corona la rigidez de su labio superior con un ancho y ralo bigote de un color totalmente distinto al de su cabellera.
-Mientras uno habla un perfecto inglés de allí -esto es algo que se le presupone atendiendo a su nacionalidad-, el otro habla un inglés de aquí -esto es algo patente.
-Mientras a uno lo retiraron estando en la cima de la fama, el otro se marchó -prisionero de sus palabras- por voluntad propia.
-Mientras uno se deja querer desde el silencio más absoluto, el otro no desaprovecha ocasión alguna para recordar que sigue muy presente en la realidad española y en la de su partido.
Es en este último punto de las diferencias que encuentro entre ambos líderes mediáticos en el que me gustaría detenerme para hacer una pequeña, y seguramente, irrelevante reflexión. ¿Por qué el 'Calvo de la Navidad' no rentabiliza su injusta ausencia de los hogares españoles ofreciendo una entrevista exclusiva a Ana Rosa, a Cantizano o a Santi Acosta y, sin embargo, José María Aznar es incapaz de hacer mutis por el foro de una vez por todas y es consecuente con la decisión que tomó en su día de retirarse de la primera plana del panorama político nacional?
Lo de 'Mr. Calvo' es un misterio que quizá tenga que ver con que muchos predicen que, ante el clamor popular, los de la Lotería lo recuperarán para la campaña publicitaria del año que viene, así que, inteligentemente, no querría quemar sus naves; lo de don José Mari, puesto que se me antoja irrecuperable como líder del PP y eso que no sería por falta de clamor Popular, digo yo que será entonces la enfermedad del ex presidente que aún no ha encontrado su sitio después de jubilarse, que aún no ha encontrado la ocupación que le haga feliz, a no ser que ésta sea la de fastidiar al mismo sucesor que él impuso, Mariano Rajoy.
Lo de ayer, lo de pedir que lo dejen en paz, lo hizo Aznar aún con la boca chica, aunque está claro que a nadie le gusta que le recuerden ciertas cosas (la negociación con ETA del 98, la foto de las Azores, la guerra de Irak, el cómo de la derrota electoral de su partido...).
Otro ex presidente, Felipe González, que también tuvo lo suyo (la guerra 'sucia' contra ETA, Filesa, el caso Roldán...), ahora disfruta de un merecido descanso reconvertido en diseñador de joyas, campo éste en el que se haya muy centrado y del que cuando asoma lo hace con cautela...
Si Aznar desea en verdad que le dejen en paz, deberá él primero dejar en paz a una España que ya no está en sus manos.