martes, 6 de febrero de 2007

'Morirás', que diría Séneca

Nuestra sociedad no está preparada para la muerte. La muerte es cosa de gentes lejanas cuyos países se hayan devastados por la guerra y la corrupción, por pandemias y por castigos divinos, pero que nada tienen que ver con nosotros. En el peor de los casos, la muerte es cosa de viejos, o es algo que les ocurre a los demás.
Esta inconsciencia a cerca de la muerte, nos hace inhumanos y, en ocasiones, temerarios. El que no queramos asumir que es algo que nos viene dado junto con la vida y que, latente, permanece en todo momento junto a nosotros, no nos hace más felices, sino peores personas.
La muerte vive en lugares como Irak, pero no es normal que viaje hasta Madrid, a no ser que la invite algún asesino terrorista, delincuentes extranjeros, algún desalmado maltratador, un conductor imprudente o la versión negra de Don Azar que se materializa en una enfermedad fulminante o en un accidente laboral.
La muerte se banaliza si ocurre allá y se sobre valora si se manifiesta aquí. Quizá porque desde niños se nos ofrece una versión edulcorada de la vida y la Sirenita, versión Disney, no acaba convirtiéndose en espuma de mar.
La muerte no es ni una amenaza ni una entelequia, sino parte de lo establecido por la naturaleza.
Según Séneca: "Morirás. Esto es naturaleza del hombre, no pena. Morirás. Derecho es de las gentes volver lo que recibiste. Morirás. Peregrinación es la vida; cuando hayas caminado mucho es forzoso volver. Morirás. Entendí decías alguna cosa nueva. A esto vine, esto hago, a esto me llevan todos los días. La naturaleza en naciendo me puso este término, ¿qué tengo de poderme quejar? A esto me obligué. Morirás. Necedad es temer lo que no puede estorbarse. Esto no lo evita quien lo dilata. Morirás. Ni el primero ni el postrero. Muchos murieron antes de mí, todos después. Morirás. Este es el fin del oficio humano. ¿Qué soldado viejo se enojó de que le licenciasen? Adonde va el mundo voy yo. ¿Pues ignoro yo que soy animal racional mortal? Con esta condición se engendra todo. Lo que empezó se acaba. Morirás. ¿Por qué es molesto lo que se hace una vez? Conozco el caudal por ajeno, no por mío. Finalmente yo hice este concierto con el acreedor de que no puedo quejarme. Morirás. Mejor lo hicieron los dioses, pues nadie me puede decir que moriré que no sea mortal".
Quien encuentre este post deprimente será porque no ha entendido nada de lo que he querido decir. La imagen que lo acompaña es un cuadro de Pieter Brueghel "El Viejo" (hacia 1530-1569), El triunfo de la muerte. Se puede ver, en vivo, en el Museo del Prado.