miércoles, 7 de noviembre de 2007

Arzobispo anti-homofobia

No es frecuente leer que todo un arzobispo dice cosas como la siguiente: "Yo me imagino a Dios llorando al ver que su Iglesia se permite perder el tiempo condenando a los gays y las lesbianas, mientras medio mundo pasa hambre y el sida arrasa".
No, no es broma. Es parte de la entrevista de contraportada que publica hoy El País. Sin embargo, he de confesar que hay algo de trampa en lo que expongo. Para empezar, la cita no corresponde a algo que haya dicho un jerifalte eclesial español.
El tipo abunda en el tema con guindas como la siguiente: "¿Qué diablos pasa con las iglesias?¿Cómo es posible luchar contra el racismo y no contra la homofobia? La orientación sexual no se elige. La homofobia es también una forma de apartheid. Los negros no elegimos ser negros; los homosexuales, tampoco".
Si a lo de que el autor de las citas anteriores no es español añado el hecho de que tampoco es católico-apostólico-romano, supongo que la sorpresa ante lo manifestado decrece.
Como en cualquier trama, la cosa pierde su gracia a medida que se van desvelando los misterios que la sustentan.
El surafricano Desmond Tutu, arzobispo anglicano y Nobel de la Paz en 1984, es el hombre de Dios que habla de esta manera... pueden ustedes soltar ahora sus más que comprensibles "¡Ah, claro!", "Ya decía yo...", "Eso no vale", "Rouco iba a ser, sí, los cojo..es", etc, etc...