viernes, 7 de marzo de 2008

Asesinos

No puedo parar de escribir y mientras más escribo más entrenado estoy para hacerlo. A veces creo que no sé hacer otra cosa que no sea escribir y escribir, sobre todo, noticias.
No importa el tema, la extensión, la condición. Vomito letras de manera coherente con la misma facilidad y rapidez con la que otros hablan. Si caminara por la calle con el ordenador y cada vez que me viera en la necesidad de abrir la boca escribiera lo que voy a decir sería un plasta insoportable de esos que padecen diarrea verbal. Asumo mi condición de víctima de una extraña incapacidad de detener el teclear de mis obedientes dedos.
Lánzenme una palabra y ¡zas!, les produciré un discurso escrito sobre ella en un abrir y cerrar de ojos. ¡Ánimo, atrévanse! Envíenme la que quieran, con la única excepción de 'terrorismo' y 'ETA'.
Hoy no admito estos términos.