lunes, 20 de agosto de 2007

Ejecuciones, Bush quiere que se mate más rápido

La Administración Bush quiere que se mate más rápido en Estados Unidos. Le parece al presidente estadounidense que los condenados a muerte en ese país no son ejecutados con la suficiente celeridad. En 2006 "sólo" 53 personas resultaron ser ajusticiadas. Para lograr su propósito pretende reducir el sistema de apelaciones en los casos de condena a la pena capital.
La razón de esta prisa puede ser simplemente económica.
Se calcula que cada reo en el corredor de la muerte le cuesta a las autoridades 90 mil dólares anuales más de lo que le cuesta un preso común.
Hay alrededor de 3.350 personas aguardando a ser ejecutadas en EEUU, algunos de ellos llevan 20 años en esa situación. Mucha pasta, sí señor.
La propuesta de la Administración estadounidense pretende que los reos tengan seis meses (en vez de un año) para apelar; que los jueces federales de distrito tengan un máximo de 450 días para decidir y las cortes de apelaciones, un máximo de 120 días. Además, el controvertido Fiscal General del Estado, Alberto Gonzales, conocido entre otras cosas por su mano dura, tendrá más poder de decisión a la hora de decidir sobre la vida o la muerte de los condenados.
Según ha publicado El País, cada vez son más los estados norteamericanos que rechazan las ejecuciones y el año pasado se registró la cifra más baja de condenados a muerte en el país -114- de los últimos tiempos.

Cifras mundiales
En la actualidad, según datos de Amnistía Internacional, entre 19.000 y 25.000 personas están condenadas a muerte en todo el mundo.
El año pasado, al menos, 1.591 personas fueron ejecutadas en 25 países. El 91% de estos castigos se aplicaron en China, Irán, Pakistán, Irak, Sudán y Estados Unidos.
En relación con el número de habitantes de cada país, Kuwait, seguido de Irán, se llevan la palma en ejecuciones.
Amnistía Internacional indica que "China es el país donde se llevan a cabo casi el 65% de todas las ejecuciones: en 2006 fueron ejecutadas al menos 1.010, aunque otras fuentes elevan la cifra entre 7.500 y 8.000". Si las cifras sobre cualquier cuestión hay que cogerlas, en principio, con pinzas, cuando se habla de temas como éste la fiabilidad de las mismas es aún mucho más cuestionable.
Muchos gobiernos, sabedores de que estos castigos tienen mala prensa, se niegan a publicar datos oficiales y algunos, como el de Vietnam, tienen calificado como "secreto de Estado" las estadísticas y la información sobre la pena capital.

El caso iraní
Tratamiento a parte merece el caso de Irán, país al que no sólo no le importa la publicidad de las ejecuciones que practica sino que las utiliza como propaganda y castigo disuasorio.
Este país presenta, además, el agravante de que, mientras que en el resto de naciones donde se aplica la pena capital (con excepción de Irak) el número anual de ejecuciones está sufriendo un significativo descenso, en Irán aumentan.
En 2006 ejecutó a 177 personas y en 2007 lleva camino de superar esta cifra, enfrascado como está en una política de "limpiar las calles de criminales". Los delitos por los cuales una persona puede ser condenada a muerte en el país de los ayatolás son otro tema delicado, lo mismo que el hecho de que es la única nación del mundo en la que se siguen ejecutando a menores de edad (Pakistán parece que ya no lo hace).