jueves, 8 de febrero de 2007

Al Gore, reinventado líder ecologista

Albert Arnold Gore, Jr. fue durante ocho años el segundo de a bordo de Bill Clinton en la Casa Blanca y en el año 2000 estaba llamado a ser su sustituto como candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos. Sin embargo, su paso de vicepresidente a presidente se vio truncado por el hecho de que, a pesar de haber logrado menos votos, su rival republicano y actual mandatario estadounidense, George W. Bush, consiguió un mayor número de compromisarios tras su polémica victoria final en el estado de Florida.
Tras el reconocimiento y aceptación de su inesperada derrota, Gore permaneció en el anonimato hasta que, volviendo a sus inicios de político ecologista, ha reaparecido en el panorama internacional recorriendo el mundo para advertir sobre el peligro del calentamiento global y el cambio climático. Su documental Una verdad Incómoda, que trata precisamente de estos temas, está siendo recibido con gran éxito de público en todo el mundo y el político ha conseguido, incluso, dos nominaciones para los Oscar.
Si decimos que Al Gore ha vuelto a sus inicios es porque antes de ser el segundón de Clinton, Gore era muy conocido por ser el autor de Earth in the Balance: Ecology and Human Spirit, un libro en el que planteaba una revolución ecológica necesaria para el siglo XXI. Sin embargo, durante su período de vicepresidente estadounidense, su país, su gobierno, no ratificó el
protocolo de Kyoto, que tiene como objetivo reducir las emisiones de gases para luchar contra el cambio climático.
Uno se imagina al vicepresidente de los Estados Unidos y al presidente del mismo país como tipos con enorme poder de decisión, pero a poco que nos dé por pensar tanto en las hipotecas adquiridas por estas personas para alcanzar el puesto como en sus ansias -inherentes a la condición de político- de permanecer en los cargos, pulularán dudas sobre su magnánima autoridad. Personificando en Gore y centrándonos en la contradicción entre lo que dice y lo que hizo o dejó de hacer, se trata de eso o de hipocresía.
Al Gore ha sido propuesto para el Nobel de la Paz por situar los problemas medioambientales en la agenda política internacional y el pasado martes ha sido también propuesto para el Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 2007 por su papel de líder importante e influyente en la lucha contra el cambio climático.
En cualquier caso, enero y diciembre han sido los meses más cálidos de la historia y como el calentamiento terrestre y el cambio climático son ya algo más que un cuento apocalíptico. Bien está que, sea por las razones que sean, Gore esté consiguiendo que se hable mucho del tema.