jueves, 22 de marzo de 2007

La experiencia es un grado

Que la experiencia es un grado es algo más que un tópico. Hoy, mientras que el nuevo Secretario General de la ONU, el coreano Ban Ki-moon, de visita en Bagdad, se descomponía por el brutal sonido de una bomba caída a poca distancia de la sala en la que se hallaba, el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, que estaba junto a él, permaneció impasible.
Ban Ki-moon se agachó inmediatamente después de que se produjera la explosión oteando el horizonte. Parapetado detrás de un atril parecía que tratara de ver por dónde llegaba la onda expansiva provocada por el proyectil que acababa de reventar no sabía dónde pero seguro que demasiado cerca, sus ojos estaban más rasgados que de costumbre, quizá pensara por un instante en Vieira de Mello.
Al volverse a erguir, Ban Ki-moon recogió sus papeles, los guardó en su chaqueta y quiso salir de allí huyendo. Sólo el aplomo de Al Maliki lo detuvo. No había pasado realmente nada fuera de lo normal; estaba en Irak, ¿no es cierto?