jueves, 1 de enero de 2009

Niños muertos y niños que van a morir


Desde que Israel lanzó hace una semana su enésima ofensiva sobre Gaza, que se ha cobrado ya no menos de 400 vidas, el embajador israelí en España se ha ganado bien el sueldo.
Todos los días aparece en este medio o en aquel otro tratando de explicar y excusar la acción genocida de su país. Lo tiene difícil. ¡Vaya papelón! ¡Pobre hombre!
La macabra balanza de civiles muertos en cada bando se halla infinitamente inclinada hacia el lado palestino y ese es un argumento demasiado pesado contra el que luchar.
Quizá viendo que por lo tangible llevaba las de perder, estos días se ha intentado aferrar a lo intangible: los daños psicológicos que causa a los israelíes que viven pegados a Gaza la persistente amenaza de los cohetes caseros palestinos. El embajador habló especialmente de lo que sufren con ello los niños. Y es así, tratando de mitigar su mala prensa, como ha llegado a mostrarse incluso mezquino.
Las cifras de niños muertos en el conflicto causan un mayor impacto en Occidente, por eso unos y otros las exhiben como un arma más de esta interminable guerra. Si la persona que aparece destripada por un bombazo de un avión israelí en la última imagen que llega a nuestros hogares es, por ejemplo, un veinteañero, es como que no nos importa: "Ya había vivido bastante, ¿no?, además, algo habría hecho"
Para los amantes de las cifras y las comparativas del dolor es muy recomendable el siguiente artículo sobre el sufrimiento que el conflicto de Oriente Próximo causa en los niños de ambos lados http://www.ifamericansknew.org/stats/children.html
Hay mucho más datos: comparativas de heridos, de muertos, de prisioneros, de desempleados...
Tengo por costumbre visitar el blog que mantiene una médico palestina en Gaza, costumbre que se vuelve necesidad ante cualquier ataque israelí. En esta ocasión, el ataque ha pillado a Mona El-Farra fuera de la Franja, pero su testimonio no deja de ser interesante.
Mona ha hablado en muchas ocasiones de cómo los bebés prematuros que necesitan de incubadora mueren cuando Israel prolonga un corte de suministro eléctrico, o de cómo atienden a heridos sin medicinas por el embargo, sin anestesia...
Por cierto, esta doctora, que ahora trata de introducir medicinas en los territorios palestinos desde Egipto, se hallaba fuera de la Franja porque hace seis meses envió a su hija de 16 años a estudiar a Inglaterra por un periodo corto de tiempo pasado el cual la niña no obtuvo el permiso de Israel para regresar a casa.
Las leyes habían cambiado y el papel que le facultaba para salir a hacer un breve cursillo y regresar ya no tenía validez. El-Farra estaba tratando de acomodar a su hija en Manchester.
Un muerto en Sderot tiene el mismo valor que cualquier otro muerto en Jabalia.
La paz no se alcanza con un brindis en Nochevieja. Hamás asesina y el Gobierno israelí también