viernes, 17 de noviembre de 2006

Mileurista, ¿un 'jasp' infravalorado?

Los medios de comunicación marcan tendencia en el lenguaje del ciudadano de a pie, al cual alimentan con renovados o con nuevos vocablos que designan algo vendible. Esos vocablos pasan de ser conocidos por muy pocas personas, o de no existir directamente, a estar en boca de todos.
Esto es lo que ha ocurrido con el término 'mileurista', catapultado a la fama meteóricamente gracias a su omnipresencia en prensa, internet, radio y televisión.
La palabra 'mileurista' ni me gusta ni me disgusta por sí misma, aunque me molesta que los medios la utilicen como una etiqueta vacía de contenido y me indigna profundamente que, por el espacio que le otorgan, se encargue de silenciar otras realidades de parecida -y quizá más preocupante- índole. Al fin y al cabo, con mil euros nadie se muere de hambre en este país. Pero quienes no están dentro de estas etiquetas periodístico-publicitarias no existen, porque al no tener cabida en los medios se han convertido aún en más invisibles que de costumbre.
El término en sí es todo un hallazgo acuñado por una joven e indignada publicista de 27 años, Carolina Alguacil. ¡Qué buen futuro el de esta chica en esto de vender!. Los medios de comunicación deberían de estar tremendamente agradecidos a Carolina por el descubrimiento. ¡Qué ‘palabro’, qué bien que queda, qué juego da! Reportajes sobre mileuristas por aquí, entrevistas por allá, cobertura a lo grande de protestas, blogs y de cualquier otro tipo de manifestaciones de los mileuristas... ¡Viva la dictadura del marketing!
A pesar de la gran proliferación de medios de comunicación, la uniformidad del tipo de información ofrecida por los mismos es alarmante y en relación con el tema de los ‘mileuristas’, si un marciano que acabara de llegar a la Tierra sólo se tuviera que aproximarse a este nuevo ‘fenómeno social’ leyendo y escuchando las cosas publicadas sobre él, las impresiones que sacaría –con su ya consabida capacidad de absorción ultrarrápida- serían las siguientes:
-El ‘mileurista’ es lo mismo que el ‘jasp’ (‘joven aunque sobradamente preparado’) de antaño pero mal remunerado e infravalorado, es decir, con los pies en la tierra, un ‘jasp’ en época de vacas flacas que airea su cabreo.
-Ser ‘mileurista’ es lo mínimo que se puede ser, nadie en este país cobra menos de mil euros al mes. Se es ‘mileurista’ o se es pobre de solemnidad. No hay términos medios.
Hay mucho marciano viviendo entre nosotros y la maquinaria de la empresa informativa lo que nos está vendiendo es lo que todo el mundo sabe, que la vida está jodida. El análisis social, el porqué del fenómeno, las consecuencias, parecen no importar porque brillan por su ausencia en los medios.
Paradójica y afortunadamente, la etiqueta ‘mileurista’, en su origen tan vacía como el lema publicitario de un producto inexistente, está siendo llenada de contenido, a espaldas del padre que la lanzó al estrellato, por quienes se sienten identificados con ella. Éstos tienen un manifiesto en el que se dice que ser 'mileurista' implica ser solidario, acordarse de aquellos que se encuentran con sus mismos problemas, proporcionalmente dimensionados cuanto más alejados están sus sueldos de los mil insuficientes euros.
Ésta y otras partes del supuesto manual del mileurista, al parecer, no interesan. Como tampoco interesan realmente a la empresa informativa los ‘mileuristas’. Tan sólo la sangre de sus acciones y su colorido merece ser drenada para luego, una vez pálido y seco el cuerpo del ‘fenómeno social’, abandonarlo por un invento nuevo.

  • Ejemplos de quienes no cobran ni mil euros al mes, en este artículo y en el estupendo blog de 'Comando Precario'
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