jueves, 26 de abril de 2007

Así no

No, señor. La solución no pasa por la aplicación de parches que aguanten, al menos, los días de campaña electoral y el de las elecciones; ni los problemas desaparecen bajo la distracción de las ininterrumpidas inauguraciones y de promesas fáciles. No se trata de mandar al exilio de la oscuridad drogadicción, delincuencia (plaza Luna) y puterío (calle Montera), a fuerza de cemento y de presión policial, respectivamente. No, señor, no. No son las plazas céntricas y las calles principales de las ciudades las que han de ser liberadas de sus enfermedades, sino que son los enfermos que en ellas habitan quienes han de recibir tratamiento.
Hay muchas Lunas y Monteras en España y mucho político equivocado a lo largo y ancho del país.

sábado, 21 de abril de 2007

La Iglesia, en el limbo

Sigue la Iglesia atenta a los temas en los que la sociedad está interesada y sobre los que existe en la misma un debate abierto. Debe ser por eso por lo que ayer se dio a conocer la publicación de un documento titulado La esperanza de salvación para los niños que mueren sin ser bautizados mediante el cual, y con el visto bueno de Benedicto XVI, se han cargado de un plumazo el limbo. Calificado de "problema pastoral urgente", dado el cada vez más creciente número de niños que no son bautizados o que son "víctimas de abortos", la Iglesia dice ahora que los niños que mueren sin recibir el sacramento del Bautismo "se salvarán y gozarán de la visión beatífica". El limbo no existe ya, pero paradójicamente algunos siguen instalados en él, así les luce luego el pelo...

Rajoy, un futurible lastrado

Al igual que le sucedió a Zapatero con el precio del café, las dos horas de preguntas ciudadanas televisivas a Rajoy han quedado reducidas, dos días después del interrogatorio, a la mera anécdota del secretismo acerca del sueldo del líder del PP. No me extraña que en este país sigan triunfando los llamados programas del corazón y que reine el cotilleo puro y duro. Poco más nos interesa.
Rajoy es un tipo que cae bien, aunque a veces juegue al despiste y vaya de amiguito del núcleo duro de su partido, y salió airoso de una prueba a la que acudió con la lección bien aprendida y con la valentía de saber que se tendría que enfrentar a preguntas incómodas relacionadas, especialmente, con la guerra de Irak y con el 11-M.
Don Mariano no aburrió a una audiencia que se volcó con la emisión del programa conducido por Lorenzo Milá y, acertadamente, evitó que sus intervenciones se convirtieran en continuadas críticas al Gobierno socialista, llenas de esa lamentable crispación que los ciudadanos tanto detestamos y que ha sido algo habitual en el discurso de la oposición durante la presente legislatura. Sin embargo, continuó el líder popular sin desmarcarse abiertamente del pasado que le impidió ser presidente y al que sabe Dios por qué deuda desconocida sigue no sólo teniendo en cuenta sino rindiendo pleitesía. En alguno de esos momentos sonrojantes con los que sabía de antemano que tendría que lidiar pareció que Rajoy iba a salir de sus balbuceos en ciernes desmarcándose de unos errores imputables, más que a su partido, al iluminado que llevaba las riendas populares en el momento en el que éstos se produjeron, pero no fue así y todo quedó en un amago o en una falsa impresión e ilusión mía.
O el señor Rajoy suelta lastre para tratar de que su globo remonte o acabarán siendo otros, gustosos, los que lo intenten por él. Los Acebes, Zaplana y, sobre todo, Aznar, deben ser historia política, parte de una etapa de abrupto final ya superada. Esto bien lo saben los líderes del PP madrileño, tanto el resabido Gallardón como la sibilina Aguirre, e, incluso, los tecnócratas del PP valenciano, por citar a algunos de los pesos pesados autonómicos.
A día de hoy, la muletilla con la que la mayoría de los ciudadanos que plantearon cuestiones el pasado jueves a Rajoy comenzaban sus intervenciones, "Si usted fuera presidente...", suena aún demasiado a futurible.

martes, 17 de abril de 2007

El casco de Aguirre

Las campañas electorales son objeto de sesudos estudios por parte de expertos en la materia que las desmenuzan y analizan con lupa y son el campo natural de acción de los profesionales de la consultoría política, que nada dejan al azar y que son los responsables de que, por ejemplo, hoy me haya encontrado en el metro de Madrid con una gigantesca e inolvidable imagen de Esperanza Aguirre portando un casco blanco de obrero sobre su cabeza.
En busca de esa instantánea para mi particular colección de imágenes de horrores varios me he aventurado a entrar en la página web que el PP de Madrid ha habilitado de cara a las elecciones autonómicas y municipales del mes que viene y, aunque he fracasado en mi intento, allí he hallado a una Aguirre que, de un blanco-angelical-anunciodetergente, recibe con las siguientes palabras: "Queridos y queridas internautas..."
Dice la Presidenta que el sentido de la existencia de este nuevo sitio web popular y madrileño es el de escuchar la voz de los ciudadanos, a los que invita a plantearles sugerencias y propuestas. Yo le he sugerido a Esperanza que se deshaga del lumbreras que le ha recomendado aparecer en el suburbano madrileño de la guisa que he descrito anteriormente.

viernes, 13 de abril de 2007

Sí hay racismo

Leo hoy en El País una noticia que dice que el 42% de los gitanos siente rechazo al entrar en algunos locales públicos y me viene de inmediato a la cabeza la escena que presencié el pasado martes en una de las tiendas de Ikea en Madrid.
Sobre las múltiples voces de las personas que se movían de aquí para allá se oyó de repente la voz de un niño que, incapaz de controlar la emoción que le producía cada objeto que iba descubriendo, trataba de llamar constantemente la atención de sus padres.
Al paso del ilusionado infante la gente iba girando la cabeza con evidente malestar para tratar de localizar al responsable de los gritos. La mayoría volvía a sus cábalas sobre decoración casi de inmediato pero una chica joven que estaba a mi lado fue rauda al rescate de su carro de compra al ver que el pequeño gritón y su familia se acercaban al lugar en el que ella lo había dejado aparcado. Con una actitud tan injustificada como reprobable, la chica, que rondaría la treintena, rescató su carrito en medio de bufidos de desaprobación y lo condujo hacia donde estaban su madre y su novio. Fue entonces cuando la escuché decir: '¡Desde luego, hay que ver esta gentuza! ¡claro está, gitanos!' Después de decir esa frase, volvió a concentrarse en los lápices y los metros de papel de la multinacional sueca.
Me quedé con ganas de cantarle las 40 a aquella 'snob', la corpulencia de su acompañante me disuadió de inmediato.

sábado, 7 de abril de 2007

Valencia luce bien

En la Valencia pomposa de la Copa del América, junto a esos miles de turistas amantes de la vela que, según las estimaciones, gastarán de media 1000 euros por cabeza en la ciudad, existe la vergonzosa realidad de quienes malviven debajo de un puente en el viejo cauce del río Turia. En el mismo cauce que alberga la luminosa Ciudad de las Artes y de las Ciencias -emblema de la modernidad de un lugar que se ha reinventado en 10 años- se hacinan centenar y medio de inmigrantes desde hace un lustro.
Quizá una ciudad sólo alcanza la condición de gran ciudad cuando alberga suntuosidad en su superficie y miseria en sus entrañas.

miércoles, 4 de abril de 2007

Recuperar el Manzanares

No es que uno haya descuidado el saludable y autoimpuesto deber de escribir a diario un 'post', como mínimo, sino que me juré ser de los primeros en recorrer con mi viejo auto cada uno de los túneles que se han ido inaugurando en Madrid en estos días y compatibilizar estas dos tareas no me está resultando fácil.
Agotado finalizo cada día mi recorrido motorizado por la obra faraónica de Gallardón, ésa que permitirá que los madrileños recuperen el río Manzanares (que incluso lo transformen en la tan anhelada playa de la que adolece la capital, si ganara en mayo Sebastián, otrora 'El Desconocido').
He sido muy crítico con este gobierno local que ha convertido en un monumental queso gruyere a Madrid durante toda esta legislatura y, más aún, con la campaña de autobombo con la que las autoridades aireaban todo lo que andaban haciendo por el bien del ciudadano, pero sin el ciudadano, así que ahora que los resultados de tamaña cantidad de obras se van medio completando no puedo reprimir las ganas de ver con mis propios ojos los resultados de tanto sufrimiento, aunque esto suponga sacrificar por el momento mi faceta de blogger regular.
Los túneles de la M-30 son una oda a la megalomanía, a la iluminación artificial, a los ventiladores, a las salidas de emergencia, al despiste ciudadano, a las señales de 70 por hora máximo, a las inauguraciones precipitadas, a las inundaciones producto de las citadas precipitaciones, al Madrid mestizo que acoge a obreros de múltiples nacionalidades para que a destajo horaden sus entrañas. Los túneles de la M-30, además, permiten llegar al Ikea de Alcorcón en poco más de 10 minutos de reloj desde Plaza España.
Improbables lectores, perdónenme pero esta novedad no me la podía perder.