viernes, 24 de agosto de 2007

Tiburón Gallardón

Escribía Millás en El País el pasado miércoles lo siguiente: "Las imágenes en las que tres personas capturan al tiburón de Tarragona son idénticas a aquellas otras en las que se ve a Aguirre, Zaplana y Acebes inmivilizando a Gallardón. Cada uno lo coge de un sitio para obligarle a entrar por el aro, pero él se hace astutamente el muerto, como en otras ocasiones, y al final lo dejan estar. No tardaremos mucho en ver de nuevo su aleta merodeando por las playas de la sucesión, sobre todo ahora que a Rajoy lo dan por muerto hasta sus propios promotores..." ¡Simplemente, genial!
No sabía el articulista cuando firmó las anteriores palabras que el escualo que apareció en la playa del Miracle acabaría muriendo.
Cierto es que ahora la comparación no le queda tan redonda, aunque tanto da.
El alcalde de Madrid no ha tragado los dos anzuelos que ingirió el malogrado animal, ni tampoco tiene aleta alguna arponeada, que se sepa al menos, y mal que les pese a algunos.
Él sigue exhibiendo las cifras y los amplios márgenes de su victoria municipal para reivindicarse como opción moderada de futuro.
Tiempo al tiempo