lunes, 12 de febrero de 2007

Cada cual, en su lugar

Los premios Grammy de la música estadounidense no sólo son algo que me pilla muy lejos sino que, encima, no me interesan lo más mínimo. Sin embargo, la presente edición, la 49, ha llamado poderosamente mi atención por el hecho de que las triunfadoras de la misma han sido las chicas de Dixie Chicks. Cinco premios ha obtenido el grupo con un trabajo con el que han vuelto a la música después de que unas palabras de crítica al presidente Bush, días antes de que en marzo de 2003 EEUU comenzara la invasión de Irak, las convirtiera en las enemigas número uno del país.
A Natalie Maines, cantante de la formación, se le ocurrió decir en Londres, durante un concierto, lo siguiente: “Para que sepan, nos da vergüenza que el presidente de Estados Unidos sea de Texas”. A partir de ahí, el grupo musical femenino que más discos ha vendido en la historia, se convirtió en proscrito. Sus detractores pidieron desde el enjuiciamiento por "traición a la patria" de sus componentes hasta el boicot a su música en emisoras de radio, cosa esta última que consiguieron en multitud de estaciones radiofónicas. Las ventas del trío descendieron con la misma rapidez con la que los radicales intransigentes les lanzaban insultos, se organizaban destrucciones públicas masivas de sus discos e, incluso, ellas recibieron amenazas de muerte que las llevaron a extremar la protección durante sus conciertos.
Sin embargo, las reinas del 'country', lejos de arredrarse, se rebelaron contra la injusticia a la que estaban siendo sometidas. Combativas, llegaron incluso a denunciar su situación de una forma original: se desnudaron en la portada de la revista Entertainment Weekly mostrando sus cuerpos escritos con palabras como “Jetas”, “Puta” y “Ángel de Saddam”, adjetivos que les dedicaban sus enemigos.
Su odisea ha sido incluso tema central del documental Shut up & Sing (Cállense y canten, que estará disponible en DVD a partir del día 20 de este mes), de la conocida y comprometida directora Barbara Kopple.
Como el tiempo suele poner a cada uno en su justo lugar, las Dixie Chics (cuya música, dicha sea de paso, tampoco es que sea santo de mi devoción) han vuelto a lo más alto del panorama musical estadounidense. Es de suponer que el reencuentro de las texanas con los premios no habrá sentado muy bien en la Casa Blanca.
A perro flaco, todo son pulgas y hoy por hoy, George W. Bush, es tronco propicio del cual hacer leña. De aquí a que finalice su mandato el altivo mandatario estadounidense se tendrá que ir acostumbrando a los pequeños y a los grandes reveses que le van y le irán surgiendo por doquier.