jueves, 1 de marzo de 2007

Telefónica y la subcontratación

Precisamente en la jornada en la que está convocado un nuevo 'Día sin Móviles' en protesta por la subida de tarifas de establecimiento de llamadas de las principales operadoras (Movistar fue la primera en anunciarlo) para, según ellos, compensar la ley contra el redondeo, nos despertamos con la noticia de que Telefónica ha obtenido un 40,2% más de beneficios en 2006.
La compañía que dirige César Alierta explica que su éxito de ganancias récord se debe, principalmente, a la compra de Cesky y de O2 y a la plusvalía obtenida por la venta de TPI. Seguramente será así, pero digo yo que algo tendrá que ver también la política de contratación de empleados que está siguiendo Telefónica desde hace un tiempo: en algunas empresas del Grupo, y sé bien de lo que hablo, la máxima es la de deshacerse de los trabajadores fijos de sus plantillas y sustituirlos por profesionales autónomos. Con esta maniobra 'legal', el Grupo se ahorra antigüedades, vacaciones pagadas, bajas por enfermedad, cotizaciones a la Seguridad Social, beneficios sociales del tipo de cheques de comida o seguros médicos, pagas de beneficios, finiquitos, etc, etc.
Desde luego que esta práctica no es exclusiva, ni mucho menos, de Telefónica. A Hacienda no le gustaban hasta ahora los autónomos con una sola fuente de ingresos, una legión de 'empleados encubiertos' que trabajan en pos de nuevos hitos de beneficios de las grandes empresas. Sin embargo, lo cierto es que la mayor parte de los más de tres millones de autónomos que existen en la actualidad en España son, en realidad, asalariados de este tipo, precarios y sin derechos. El futuro Estatuto del Trabajador Autónomo los denominará 'autónomos dependientes'.
Vamos hacia la subcontratación y la externalización.