viernes, 13 de abril de 2007

Sí hay racismo

Leo hoy en El País una noticia que dice que el 42% de los gitanos siente rechazo al entrar en algunos locales públicos y me viene de inmediato a la cabeza la escena que presencié el pasado martes en una de las tiendas de Ikea en Madrid.
Sobre las múltiples voces de las personas que se movían de aquí para allá se oyó de repente la voz de un niño que, incapaz de controlar la emoción que le producía cada objeto que iba descubriendo, trataba de llamar constantemente la atención de sus padres.
Al paso del ilusionado infante la gente iba girando la cabeza con evidente malestar para tratar de localizar al responsable de los gritos. La mayoría volvía a sus cábalas sobre decoración casi de inmediato pero una chica joven que estaba a mi lado fue rauda al rescate de su carro de compra al ver que el pequeño gritón y su familia se acercaban al lugar en el que ella lo había dejado aparcado. Con una actitud tan injustificada como reprobable, la chica, que rondaría la treintena, rescató su carrito en medio de bufidos de desaprobación y lo condujo hacia donde estaban su madre y su novio. Fue entonces cuando la escuché decir: '¡Desde luego, hay que ver esta gentuza! ¡claro está, gitanos!' Después de decir esa frase, volvió a concentrarse en los lápices y los metros de papel de la multinacional sueca.
Me quedé con ganas de cantarle las 40 a aquella 'snob', la corpulencia de su acompañante me disuadió de inmediato.