domingo, 3 de diciembre de 2006

Y Fidel murió durante unas horas

Algo se mueve en la Isla, al tiempo que se apaga la llama de Fidel. Nada es para siempre y desde luego que habrá vida en Cuba más allá de su longevo líder.
Hoy, durante los actos conmemorativos del 50 aniversario de la Revolución cubana, que se hicieron coincidir con un homenaje a Fidel Castro con motivo de su 80 cumpleaños, el interés tanto internacional como de los cubanos estuvo centrado, primeramente, en ver si el Comandante reaparecería o si, por el contrario, se perdería una cita tan importante para él y para el país.
Una vez despejada la duda, Fidel ni se dejó ver ni se dieron más explicaciones sobre su ausencia, la atención enseguida la acaparó el discurso de su hermano Raúl, ministro de Defensa y Presidente en funciones de Cuba. Éste, en un tono inesperadamente conciliador y moderado, tendió la mano al eterno enemigo estadounidense abriéndose a salvar las diferencias que existen entre ambos países desde hace medio siglo mediante una negociación.
Dicho esto, el estado de salud de Fidel Castro pareció no importar por momentos y el foco informativo viró. Las palabras de Raúl Castro hablaban del posible futuro de Cuba y, Fidel Castro, tan Comandante, tan líder, postrado en una cama de hospital, era el pasado. Por unos momentos dio la sensación de que ya había muerto.
Luego llegó la respuesta estadounidense que, por medio de una portavoz del Departamento de Estado de EEUU, emplazaba a Cuba a emprender reformas democráticas antes de dialogar. Supongo que esta semi bofetada devolvió a Fidel a la vida y recuperó toda la parafernalia y propaganda de un régimen que irremediablemente agoniza.
Raúl Castro no será un sucesor, será un breve paso intermedio.