lunes, 5 de marzo de 2007

Mano negra en el metro

Afortunada o desafortunadamente, no estoy obligado a coger a diario el metro en Madrid, y menos en hora punta. Sin embargo, me hallo al corriente de los crecientes problemas técnicos que últimamente está registrando el suburbano capitalino y del consiguiente malestar ciudadano que esto ocasiona.
Antaño, los cortes y retrasos en la circulación de los trenes se producían -dejando obras aparte- como consecuencia de contadísimos y desgraciados accidentes o de algún que otro suicidio; hoy se deben a misteriosas y recurrentes averías, tal y como he podido comprobar esta mañana sufriéndolas en carne propia.
Urgido por la necesidad de recorrer la ciudad (Tribunal-Plaza Castilla, Plaza Castilla-Palos de la Frontera, Palos de la Frontera-Tribunal) -para reunir la información necesaria con la que luego iniciar el largo y farragoso trámite de mendigar ayudas municipales y comunitarias para la rehabilitación del edificio en el que habito- he tenido que descender a las entrañas de Madrid para encontrarme, frente a frente, con esa realidad de tardanzas que otros vienen denunciando: en el primero de mis trayectos, poco después de las 9 de la mañana, retraso de 10 a 15 minutos en la línea 1 por 'avería'. La voz en off que recorre las estaciones, con diferente timbre pero con idéntico tono, no identificó su origen ni dio más explicaciones. De vuelta a casa, nueva demora de 15 a 20 minutos en la línea 3, esta vez 'por avería del tren' -según la misma voz en off de antes-, con el consecuente desalojo del mismo. Dos de cinco posibles, no está mal.

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