Sin Umbral, sólo me queda Millás

Sin embargo, yo no me daré por enterado de su fallecimiento hasta comprobar lo prolongada de la ausencia de su columna en la contraportada de El Mundo, periódico en el que colaboraba desde 1990. Una ausencia que no por justificada me va a joder menos porque para mí, por encima de todas las cosas, Umbral, el esnob, el 'neologista', era uno de los columnistas que había que leer a diario y mi cita con sus letras me provocaba auténtico placer.
No me importa decir que, pese a los numerosos reconocimientos que obtuvo con ellos, jamás me encantaron sus libros. En cambio, sus artículos periodísticos eran auténticas obras maestras.
Se queda solo Millás al frente de mis favoritos. Tras este dúo venían otros como Maruja Torres o Manuel Vicent, pero Umbral y Millás eran inalcanzables.
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