viernes, 8 de diciembre de 2006

Personas con denominación de origen

Vía mail, me ha llegado una curiosa observación de un lector que vive en Cataluña. Copio y pego:
'Leo en el tablón de anuncios de un supermercado de un pueblo de la provincia de Barcelona un cartelito que dice: Mujer rusa se ofrece para hacer labores de la casa. Éste me hace recordar anteriores anuncios particulares, en el mismo tablón, que rezaban: Dona catalana, de confianza, s'ofereix per feinesde la llar (Mujer catalana, de confianza, se ofrece para labores del hogar)
¿A qué se debe esta marca de sangre? ¿Qué es ser rusa? ¿Qué es ser catalana? No sabía que, dependiendo de donde uno sea originario, existían marchamos de calidad, como denominaciones de origen oficiales, que confieren según la procedencia unos determinados valores, principios, etc...
Las apreciaciones de cuna de las demandantes son un fiel reflejo de que el tan cacareado, por los políticos, universalismo de Catalunya es puro bla,bla, bla.
Grave es que un empresario oferte puestos restringiendo los requisitios según lugar de nacimiento, pero más preocupante lo es que sean los mismos que se ofertan los que se cosan "la estrella amarilla" en el pecho.
Y con esto, que nadie deduzca que Catalunya se aproxima a un régimen hitleriano, ni que son xenófobos, ni que odia a España, etc...Generalizar es odioso e indeseable. Catalán/ana tampoco es marchamo de nada'.
Al hilo de esta apreciación me gustaría añadir que la gente real, la que vive el día a día en la calle, es la que sabe muy bien lo que se cuece en nuestra sociedad y si a la hora de solicitar un trabajo de cualquier cosa uno exhibe como mérito su procedencia será porque sabe fehacientemente que eso le será útil a la hora de conseguir su objetivo. Sí, suena a denominación de origen de un producto, pero al fin y al cabo, se trata de vender, de vendernos.
Un conocido mío colombiano me decía que cuando él iba a solicitar un empleo, a buscar un piso de alquiler o, simplemente, cuando se presentaba ante un grupo de personas por vez primera, ocultaba su verdadera nacionalidad para evitarse miradas de recelo o comentarios desafortunados sobre narcotráfico, matones a sueldo o cosas similares. 'Mejor decir que soy ecuatoriano', decía, 'porque a nadie se le ocurre preguntarme si soy primo de Shakira o si escribo como García Márquez'.

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