viernes, 1 de junio de 2007

Rouco sigue sordo

Rouco Varela, cardenal de Madrid, sigue inflexible en su decisión de cerrar la llamada parroquia roja de San Carlos Borromeo, también conocida como la Iglesia de los pobres de Entrevías, destacada por la labor social que realiza con los más desfavorecidos de la zona en la que está ubicada.
El cierre de la misma viene dado al considerar Rouco que los sacerdotes de la citada parroquia no cumplen con la ortodoxia católica (celebran la eucaristía con ropa de calle, admiten en la celebración a personas que no son de confesión católica, dan pan para comulgar en vez de la preceptiva hostia...)
El contenido de la orden del cierre oficial se hizo público ayer a través del Boletín Oficial de la Provincia Eclesiástica madrileña, aunque el decreto está fechado el pasado 4 de abril.
Rouco ha hecho oídos sordos a la voluntad de los feligreses de la parroquia condenada, quienes han manifestado unánimemente su rechazo a la decisión de las autoridades eclesiales madrileñas. El cardenal ha dictado sentencia, '¡palabra de Dios!', debe pensar.
Pero una cosa es el cierre oficial, dictado desde las alturas cardenalicias, y otra bien distinta va a ser el cierre efectivo. Tanto los feligreses como los tres curas responsables de San Carlos Borromeo prometen dar guerra. Además, desde que se conociera la decisión de Rouco, las muestras de solidaridad con los afectados han llegado por miles, desde todas las partes de España y tanto desde dentro de la comunidad eclesial como de fuera de ésta.
La parroquia no se rinde y este fin de semana han organizado un encuentro, bajo el lema 'Unidos en la exclusión', para protestar una vez más por el cierre y por la diversidad dentro de la Iglesia. Además, esta tarde reciben la visita de Leonardo Boff, uno de los fundadores de la Teología de la Liberación y una figura con tanto carisma a nivel mundial como incómoda para la Iglesia.
La presencia hoy de Boff en Madrid, a quien muchos apodan 'El Papa rojo', es para la Rouco Varela tan molesta como puede serlo la de Condoleezza Rice para IU.
El desencuentro de la autoridad eclesial con sus bases es cada vez más patente, la institución vive al margen de la sociedad, obsoleta en cuanto a su proceder y a sus normas. Su profunda renovación urge más que la de los socialistas de Madrid. En su pecado lleva su penitencia.

No hay comentarios: